jueves, 15 de diciembre de 2011

Por Leslie Campaner de Toledo

Educación en un Mundo en Crisis: Límites y Posibilidades frente a RIO + 20
GT Educación
Movimiento de educación y el movimiento de la sociedad civil
Por Leslie Campaner de Toledo(*)

¿Cómo podemos visibilizar las luchas de resistencia y en defesa de una educación pública de cualidad, y que son portadoras del futuro ahora? ¿Cómo, en cuanto educadores/as, podemos detener la mercantilización de la vida, la privatización de la naturaleza y de los bienes comunes? ¿Cómo potencializar las estrategias de lucha y de articulación de las campañas en pro de una educación de calidad y tornar las nuevas tecnologías de comunicación en verdaderas TEP: tecnologías de empoderamiento y participación?
Las preguntas del guión propuesto las mantenemos porque no hay una fórmula o receta, sino considerable posibilidad de respuestas. Este debate ya es una acción que las promueve, hace emerger la pluralidad de experiencias y miradas. Y lo hace con ganas de construcción colectiva, de búsqueda del diálogo, del intercambio de ideas que no están fijadas, sin ocultar la polémica, las contradicciones, las dudas y, además con la diversidad de organizaciones, movimientos sociales y redes que, como mínimo trabajan, para otro(s) mundo(s) posible(s) donde la mercantilización de la vida, la privatización de la naturaleza y los bienes comunes no tengan cabida.
Para avanzar en el debate y compartir las experiencias, las herramientas del internet y los medios de comunicación alternativos tienen un papel fundamental, pero todavía no existe un acceso igualitario a las redes en todo el planeta y/o por todos los sectores sociales. Pese a ello, el hecho de que la información llegue más allá que a las direcciones de los movimientos sociales ya supone un cambio. Que más y más personas participen y compartan estos contenidos puede generar empoderamiento.

El escenario que se nos presenta desde la primavera del hemisferio norte de este año es de intensa luchas y movilizaciones. El mundo árabe ya no es lo mismo y, aunque es pronto para afirmaciones, se pude decir que los movimientos sociales han jugado un papel central en ellas. En el Estado español el movimiento social que ha desembocado en la acampada de la Puerta del Sol de Madrid (posteriormente extendido)_ el 15-M_ compuesto por una cantidad de organizaciones y plataformas con menos de tres años, es la expresión que la sociedad no está dormida, está en movimiento, manifiesta sus inquietudes y se rebela.

La elección de experiencias como las que está desarrollando el Movimiento 15 - M nos interesa porque utiliza las nuevas tecnologías al servicio de antiguas luchas y/o demandas, restaurando la toma de la calle por su gran capacidad para acoger la pluralidad, llevar la iniciativa y ser imprevisible (tres puntos remarcados en algunos manifiestos). Y tener claro que el enemigo es el capitalismo y que “las mil decisiones cotidianas por las cuales sostenemos este sistema del que formamos tod@s parte porque no hay ningún afuera” ya es un bien. En menos de seis meses han logrado construir un movimiento de Protesta Global en el 15 de Octubre, han ocupado plazas, bloqueado desahucios, manifestaran sin permiso y sin violencia, de forma desobediente y creativa, con una rebeldía que conjuga antiguas ideas con nuevas percepciones, colocando de manifiesto la incapacidad de los gobiernos, la academia y las instituciones (autodenominadas de izquierda) para cumplir su propio proyecto. Una ciudadanía activa que se politiza a si misma y a la sociedad y, además, consigue penetrar en los medios de comunicación convencionales. ¿Van a conseguir resultados concretos? Depende como se mire ¿o todo esto no son resultados concretos?
Tal y cómo se plasmó con las movilizaciones llamadas “Marea Verde”, en los últimos años se han ido desarrollando diversas experiencias de confluencia de los movimientos sociales en las luchas educativas. Este fue también el caso de algunas de las Plataformas en Defensa de la Educación Pública que se constituyeron en otras latitudes del Estado español. A través de ellas, organizaciones de madres y padres, sindicatos de estudiantes y del profesorado, movimientos de renovación pedagógica y otros sectores sociales como las asociaciones de vecinas y vecinos o entidades culturales, han priorizado la búsqueda del consenso sobre los diversos ejes educativos, y a partir de él, han organizado movilizaciones contra las políticas neoliberales. Para ello, fueron necesario acuerdos sobre el contenido reivindicativo y el esfuerzo en procurar una agenda común y diferentes formas de lucha.
Si bien las Plataformas, en muchos casos, no han conseguido triunfos inmediatos, el hecho es que fue generando nuevas formas de trabajo motivando el debate en el interior de la diversidad de movimientos que las integraba y la realización conjunta de asambleas públicas. Este proceso permitió acercar las luchas de cada sector y ver que estas no eran opuestas sino que tenían objetivos comunes: impedir la mercantilización de la vida y de la privatización de la educación pública de calidad. Como resultado de ello, cuando no existía consenso, se renunciaba o postergaba a huelgas (puntuales) del profesorado o del alumnado, o a reivindicaciones de las familias. Mientras que, cuando había consenso en objetivos y estrategias, se convocaban acciones conjuntas (huelgas incluidas) y la comunidad educativa se concentraba en los centros, las calles y las plazas. Un conjunto de cambios que potencializó estos sectores.
Sin embargo, en los procesos de movilización hay mucho que superar sobre el currículo, los programas y los contenidos educativos. Si bien desde los Movimientos de Renovación Pedagógica del Estado español este es un tema que se trabaja desde hace décadas, sigue siendo difícil su avance en el interior del movimiento sindical y de las familias. Y este es un tema fundamental.
La lucha por una nueva sociedad con justicia social y ambiental ha de estar ligada a una nueva concepción del currículum, a una nueva actitud ante los contenidos, los tradicionales libros de textos y los programas. Como educadoras y educadores, tenemos que asumir el compromiso con otros valores y principios dentro de la educación formal, no formal e informal. ¿Cómo concebir un otro mundo posible con programas educativos que incitan a la competición, al consumismo, a la producción depredadora? ¿De qué manera defender la naturaleza y la cultura de los pueblos originarios desde sistemas educativos antropocéntricos? ¿Hasta dónde va la complicidad con la violencia, especialmente contra las mujeres? Necesitamos construir otro(s) sistema(s), desde la diversidad de las culturas, donde cualquiera y cada forma de vida pueda relacionarse con toda la complejidad del mundo del que formamos parte. Restaurar lo perdido, regenerar lo que fue destruido, sostener lo que resiste, fundar relaciones igualitarias para la Vida. Este es el desafío.
El relato de las experiencias es sólo una muestra para el debate que estamos iniciando. Son muchas las experiencias que surgirán en este espacio hasta la Cumbre de los Pueblos Río+20. Articularlas con los saberes y propuestas y con ello construir una agenda común es otro reto.

(*)Leslie Campaner de Toledo – Secretaría Ejecutiva del Consejo Internacional del Foro Mundial de Educación (SE CI FME) – Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica del País Valenciano (FMRPPV)

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