jueves, 15 de diciembre de 2011

Por Graciela Rubio

Educación en un Mundo en Crisis: Límites y Posibilidades frente a RIO + 20
Grupo de Trabajo de Educación
Indignación Estudiantil en Chile: movimiento social, cambio educativo y aprendizaje democrático
Por Graciela Rubio(*)

Las actuales condiciones hegemónicas de globalización neoliberal caracterizadas por la polarización a través de la concentración del poder económico (crisis y desigualdad) por la dominación cultural(colonización social) y la creciente atomización social producida por la fractura de las redes sociales(desmantelamiento del estado de bienestar, núcleos familiares, y vidas laborales) a manos del capital, ha propiciado la emergencia de movimientos globales de distinto orden, entre los cuales se encuentra el movimiento estudiantil chileno, los que revalorando los derechos ciudadanos, han puesto en el debate público global, la necesidad de repensar nuestras sociedades, la política y el sentido de la acción colectiva.
Es precisamente, el contexto global el que promueve a partir de la conexión de los espacios de descontento ante las desigualdades y el cierre de oportunidades legitimado por la política, (salvo Internet) una nueva cultura de la acción que ha integrado las singularidades en torno a una crítica que ha llegado a tensionar (el caso de Chile) y derribar el orden político vigente (la primavera árabe). El sentido de la acción de estos movimientos se sustenta en el reconocimiento de los propios valores y cultura como fuente de identidades abiertas y difusas que promueven una multidimensionalidad de la acción (de carácter ético, social y político; publico y privado), que reconocen como foco de su critica; a la globalización (y sus efectos de exclusión social, de género y étnica) y a las estructuras de poder no democráticas (practicas militaristas, autoritarias. En el caso de Chile, la forma oligárquica de la republica) y, establecen en congruencia con lo anterior, redes horizontales de comunicación que permiten la autonomía de los espacios locales y en donde las asambleas se presentan como espacios privilegiados para la toma de decisiones. Precisamente, es la radicalidad democrática que enfatiza este ejercicio de la soberanía la que permite unir estos movimientos en contra de las políticas neoliberales sobrepasando las formas de acción tradicionales explorando, redes abiertas, foros sociales, consultas y una desobediencia imaginativa.
Es común a estos movimientos, contemplar cómo el estado representativo se somete al capital, para consolidar finalmente una mayoría que se siente explotada, y que observa como se multiplica la privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas (movimientos de indignados en España y Estados Unidos y Movimiento estudiantes en Chile) producto de una democracia hiper-regulada y una banca des-regulada. . Es por ello, que estos movimientos promueven una crítica para la transformación de las democracias, demandan un trabajo decente, el derecho a la educación y el reconocimiento de las subjetividades que han sido vulneradas.
Estas nueva formas de acción de expansión creciente, han llevado también a reflexionar en mayor profundidad sobre sus posibilidades de comprensión como una nueva forma de razón cosmopolita ante la globalización neoliberal hegemónica (De Souza Santos, 2011) que exige abrir los análisis de estos movimientos como nuevas formas de acción y aprendizaje para propiciar nuevos escenarios alternativos a los existentes. Ello, exige abrir nuevas epistemologías capaces de comprender las nuevas singularidades, crear nuevos sustantivos para denominar, la realidad a partir de una traducción intercultural. En convergencia con ello, se nos ha propuesto que el sistema mundo vigente evidenciaría una transformación de relación de equilibrio entre sus ejes (económico, político y cultural) en donde el centro ideológico que aglutina al sistema; la ideología del progreso se encontraría debilitado. En tanto, el capitalismo es un sistema polarizador, y el ideal liberal de un progreso gradual es irrealizable dentro del sistema actual. Por ello, propone potenciar la acción de estos movimientos, para presionar a la democracia como una forma real de convivencia y representación. Como una profundización de la democracia
El movimiento de estudiantes por la educación liderado por estudiantes universitarios en Chile, forma parte de estas formas de acción descritas. Se ha proyectado como una crítica a las bases ideológicas e institucionales que han legitimado el sistema educativo, en particular el superior, impuesto por la dictadura militar. El movimiento se ha caracterizado por su despliegue masivo, por la expresión de una identidad creativa, por su denuncia del lucro en la educación superior evidenciando cómo el poder del capital ha trastocado los fundamentos éticos y políticos de la educación, en desmedro de la calidad y de los derechos legítimos.
Su despliegue público se ha caracterizado por la realización creativa de una carnavalización de la crítica al sistema político vigente dando cuenta de un modo de expresión ciudadana que aspira a sustituir la política de los consensos instalada en la transición a la democracia, por la justicia, integrando nuevas formas de subjetivación de la experiencia social juvenil en torno a los referentes republicanos del Estado que parecían olvidados, como son la defensa de la educación pública gratuita y de calidad. Se ha considerado que el movimiento de estudiantes en defensa de la educación pública y contra el lucro, sería un movimiento de clase media extendida pero, a la vez muy precaria y vulnerable. Si bien, es posible considerar en este movimiento la presencia de una acción anti-neoliberal, se observan también, otras líneas de análisis que tienen que ver con el modelo de transición a la democracia asumido en Chile y las políticas educativas neoliberales desarrolladas.
El movimiento ha venido a denunciar cómo la desigualdad en el acceso y la legitimación del lucro
en la educación superior han sido parte de las políticas educativas desarrolladas por los gobiernos democráticos en continuidad con las orientaciones dictatoriales. Las políticas de educación superior han promovido una expansión del sector a partir de la privatización de su oferta y un debilitamiento de la Universidad publica (Esta ha permitido una expansión de la cobertura (para el 2012 se espera cerca de 1.000.000 de estudiantes según la OCDE, 2009), a partir de una ampliación del nivel de participación de la matrícula privada (el 84,2%. del financiamiento total es aportado por las familias)
Orientaciones para la reflexión y la acción
El sistema educativo escolar(básico y secundario) y Superior vigente ha sido considerado la viga maestra del modelo neoliberal en tanto, no sólo ha sido un espacio para el enriquecimiento que ha permitido consolidar grandes núcleos empresariales asociados al rubro(en expansión y diversificación permanente) ,sino que también, ha contribuido a consolidar el principio de la libre elección como un ejercicio extendido de identidad en la sociedad (a costa de un alto endeudamiento) y a afianzar modos institucionalizados de concebir la cultura, el conocimiento y los aprendizajes que han ampliado la concepción de la educación pública (originalmente entendida como un derecho político de todos y todas) hacia una oferta del mercado, debilitando de paso, a las instituciones encargadas de responsabilizarse ante el conocimiento público; las universidades estatales y/o tradicionales.
El movimiento estudiantil visto desde su relación con el pasado reciente en el la historia republicana, daría cuenta de una acumulación histórica de sentido común en el tiempo corto: recoge experiencias del movimiento pingüino y actuales movilizaciones. (Salazar, 2011) que encuentra su sustento en la articulación de memorias de proyecto de realización social abortado (1973); de expectativas de realización democráticas no cumplidas (1990-2010) y memoria de la experiencia neoliberal (1990-2011) de pérdida de derechos ciudadanos. Las dos primeras aluden directamente a una memoria crítica ante la clase política conductora y la tercera a la experiencia de subjetivación experimentada como vulnerabilidad permanente(estado de excepción permanente) en el esquema neoliberal vigente que anula el reconocimiento y ejercicio de los derechos ciudadanos fundamentales promovidos por la educación.(Igualdad; acceso para todos) Daría cuenta de una memoria republicana que se proyecta desde el tiempo corto-en relación con el pasado reciente como un principio orientador de la proyección futura hacia una educación pública, gratuita y de calidad para todos. El tiempo largo, dice relación con la organización de la sociedad civil representada por el movimiento de estudiantes el cual evidenciaría una continuidad histórica de asociatividad horizontal y asambleísmo que delibera en este caso, sobre la educación como un derecho político reivindicando la igualdad y la representación que le cabe al estado en su cuidado. La lucha actual representaría una continuidad como experiencia histórica de represión de la sociedad civil y de ejercicio omnímodo del poder por la clase política que hoy, fundada en los principios de los acuerdos, decidiría nuevamente de espaldas a la base social El movimiento enunciaría una critica al marco oligárquico de la política chilena republicana de larga data, que cuestiona a la clase política y a los cimientos institucionales en los que reside hoy el poder deslegitimado
El contexto social y político en el cual se desarrolla el movimiento, constituyen parte de su capital pero al mismo tiempo de su vulnerabilidad en tanto limitan su capacidad de ampliación y reducen su fuerza. Por ello, probablemente ha apelado a un arma moral de integridad social política (distante y observador de los partidos); representativo de las decisiones de sus bases(a riesgo de su auto-referencia), que sitúa sus demandas por una educación pública gratuita y de calidad para todos en el marco público de la discusión como parte de la identidad social republicana de la ciudadanía. Debilitando desde el principio de la igualdad, a la libertad, el centro del sistema neoliberal instalado en Chile y con ello el pilar de la identidad de la clase política gobernante. El movimiento, nuevamente viene a dar cuenta de una crisis que permite vislumbrar otro futuro, que en consecuencia con la rebelión de las subjetividades, desarrolla un desplazamiento político mas radical que el presentado por el movimiento de estudiantes del 2006(Movimiento pingüino) desde entender la calidad de la educación como un derecho hasta, la defensa de la educación pública, en donde lo público emerge como espacio de representación social político en la educación. Ello supone, el fin al lucro en la educación y la integración (eliminación del sistema apartheid escolar; el fin al subsidio a la demanda y fin a la libertad de elección asociada al premio a mejores puntajes) como un camino para recuperar desde el presente, los derechos ciudadanos perdidos. El desafío, es dar cuerpo a estos principios para articular un proyecto social representativo y sustentable.

(Documento preparado para Seminario ICAE, noviembre 2011)Versión completa http://www.icae2.org/files/grubio_es.pdf (solo español)
(*)Doctora en Educación Universidad de Granada, España
Profesora Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Santiago de Chile

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