martes, 29 de noviembre de 2011

Por Gita Sen

Educación en un Mundo en Crisis: Límites y Posibilidades frente a RIO + 20
GT EDUCACIÓN
Contribución para el debate electrónico de ICAE sobre “Crisis Capitalista, Justicia Social y Ambiental”
Gita Sen
(para DAWN – Alternativas de Desarrollo para la Mujer en la Nueva Era)
Noviembre de 2011
Esta contribución se funda ampliamente en los debates para el Desarrollo de DAWN, y forma parte del proceso colectivo de DAWN hacia un mundo basado en la justicia económica, ecológica y de género (http://www.dawnnet.org/). Quisiera agradecer especialmente a los miembros del Comité Ejecutivo de DAWN por sus comentarios y sugerencias - Marina Durano, Gigi Francisco y Noelene Nabulivou.
El comienzo del siglo XXI ha estado marcado por dos acontecimientos sin precedentes: la "guerra contra el terrorismo" y la crisis financiera global. Crisis generadas en el exterior en sus diferentes formas, y las resoluciones a las crisis en toda su complejidad han llegado a preocupar a todas las naciones soberanas y a sus pueblos. Ha nacido un nuevo mundo feroz, un mundo lleno de agitadas premisas, de contradicciones complejas, de graves fracturas, de duras reacciones, de promesas incumplidas y de resultados inciertos para la población mundial, especialmente para las mujeres y las niñas de la economía del Sur. Al mismo tiempo, ha habido una expansión de instituciones de derechos humanos, incluida la Corte Penal Internacional y el Consejo de Derechos Humanos, debido a que los movimientos sociales luchan para rehacer los contratos sociales dirigidos a los medios de vida sostenibles, la erradicación de la pobreza, la promoción de los derechos humanos, la libertad de expresión y de movilidad, y el respeto a la identidad y las múltiples sexualidades.
Desde el privilegiado punto de vista de DAWN (la red feminista del Sur, Alternativas de Desarrollo para la Mujer en una Nueva Era), el feroz nuevo mundo de economía política global está evolucionando rápidamente y está colmado de estructuras conflictivas y desiguales donde las respuestas políticas están fragmentadas y son ambiguas. Este mundo está lleno de amenazas a la supervivencia humana, a la sostenibilidad ecológica y a la justicia social, económica y de género Los rápidos avances tecnológicos y los enormes cambios que éstos han provocado en los métodos de producción, de distribución, de consumo, y en todos los aspectos de la vida humana están profundamente entrelazados con crisis financieras, alimenticias y cambio climático sin precedentes. Las crisis que enfrentamos hoy tienen raíces estructurales más profundas en el capitalismo financiarizado, en la expoliación voraz de la ecología y los modos de vida sostenibles, en las políticas de militarización y violencia, y en las ideologías y las prácticas religiosas fundamentalistas que son brutalmente anti-mujeres y anti personas LGBTQI. Esto ha desatado una enorme presión sobre los movimientos sociales para que respondan e innoven. ¿Pueden rehacerse contratos sociales que han fracasado o que están fracasando?
En todas partes, las mujeres y las niñas especialmente, enfrentan los problemas de la supervivencia diaria, de la pérdida de hábitats y ecología, del resurgimiento de patriarcados que están dando lugar a nuevas formas de violencia y de restricción de la autonomía personal (incluso sexual y reproductiva), y de la lucha por tener participación y voz política. Los movimientos feministas y de mujeres y sus socios y aliados en otros movimientos de justicia social necesitan desarrollar nuevas estrategias y repensar los antiguas en la lucha por crear contratos sociales con vistas a una mayor justicia económica, ecológica y de género.
Claridad analítica y comprensión de las interrelaciones entre las diferentes dimensiones son fundamentales para el desarrollo de un marco de acción en este momento de tanta confusión. En DAWN nos preguntamos qué significado tiene este feroz nuevo mundo para las agendas políticas y las acciones de los movimientos de mujeres. ¿Qué nuevas ideas pueden aportar las feministas del Sur para promover una crítica política y acciones? ¿Hay espacio y potencial para un nuevo e interrelacionado enfoque de los derechos humanos que pueda ayudarnos a enfrentar y transformar este feroz nuevo mundo?
Muchos se han quejado de que el idioma del "empoderamiento" ha sido cooptado por instituciones poderosas y distorsionado para enfatizar las relaciones dentro del hogar, sin tener en cuenta las relaciones de poder entre los géneros en estructuras e instituciones económicas y políticas a nivel nacional, regional y mundial. Estas distorsiones hacen posible que el "empoderamiento" conviva con sistemas económicos neoliberales inalterados y con políticas neocoloniales de dominación, militarización y violencia.
Igualmente provocadora es la práctica de algunos dentro de los movimientos sociales que hablan de igualdad de género de dientes para afuera, pero cuya práctica como individuos o como organizaciones solo cambia de forma marginal. Ya es hora de que estas organizaciones sean serias en cuanto a su praxis, y transformen su cultura organizativa hacia la justicia de género. Tenemos que recuperar el uso feminista original de empoderamiento para centrarnos, por un lado, en las interacciones y las conexiones entre las relaciones de poder dentro del hogar y en las relaciones personales (incluidas las sexuales), y por otro, en la economía política más amplia y la lucha para transformarla. El "tomar conciencia” de los derechos humanos solo puede venir de un enfoque que identifique a los titulares de derechos y a los poseedores de obligaciones, y que también cree, fortalezca y mantenga los caminos a través de los cuales los derechos puedan negociarse, se pueda luchar por ellos y se hagan realidad.
La transformación del orden social requiere la creación de nuevos valores y normas, instituciones y estructuras, y comportamientos y prácticas que se basen en los derechos humanos universales, siempre respetando la diversidad. Esto es a menudo el producto de luchas que tienen lugar durante largo tiempo y en diversos espacios, con múltiples "paradas y arranques”, y que están entrelazadas y son complejas. La idea de lucha por parte de diferentes grupos de actores sociales, y entre vastas y competitivas fuerzas económicas y políticas es central para que pensemos en nuestros contratos sociales. Por ejemplo, la resolución de la lucha entre el capital financiero e industrial será fundamental para cualquier respuesta sólida a la crisis financiera actual. La movilización de grupos políticos de derecha, como el “Tea Party” en los Estados Unidos, en apoyo a los intereses del capital financiero, está profundamente inmerso en la política anti-mujeres de los conservadores sociales que se oponen a la igualdad de género y a los derechos sexuales y reproductivos. Muchos de estos mismos grupos y sus afiliados son también escépticos en cuanto al cambio climático y están empeñados en la continuación del dominio de Estados Unidos en el orden mundial. ¿Cómo vencerá la lucha por la justicia y los derechos humanos a estas poderosas fuerzas para dar una nueva forma a los convenios colectivos de manera sostenible? ¿Qué papel pueden y deben desempeñar las feministas del Sur?
¿Pueden rehacerse los contratos sociales mediante la ampliación de las cuatro dimensiones clave de los derechos humanos: lo económico, lo político, la relación del ser humano con y en el mundo natural, y la libertad personal (la separación de la religión del estado, la sexualidad y la reproducción)? Este es nuestro desafío.  
Foto: Claudia Pioli en Mälmo, Suecia - Junio 2011




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